Vivían en una gran casa, eso que se dice un "chaletazo". Ella se ocupaba de toda la organización familiar, creaba armonía.
Había dedicado su vida a su familia...abandonando sus estudios renunciando en nombre del "amor".
Cuando los hijos crecieron comenzó a trabajar junto a su marido un afamado médico de la ciudad.
Justa era guapa, con un cuerpo que le acompañaba, una mujer de las que los hombres dicen de bandera.
Ahora ya con 65 años había perdido parte de su esplendor, había entrado en la edad en que la mujer se convierte invisible para muchos hombres.
Su cultura era amplia, siempre la pasión por la lectura, los clásicos, también los contemporaneos, había leido todas las obras de Anais Nin, M.Yourdenar, O. Wilde, D. Lessing, Pesoa ,J.L Sampedro, Saramago, S. Puértolas etc...y toda la poesía que caía en sus manos, tenía sus preferidos, esos que releía todos los días.
No había estudiado,.no tenía una carrera como él, aunque no la necesitaba. Las palabras de otros le habían calado muy profundamente habían dejado huellas en su alma..., era buena, muy buena aunque ella aún no lo sabía.
Su vida era sencilla, cocinaba para toda la familia, cenas en las que los amigos de su marido disfrutaban de los manjares que ella elaboraba, su vida transcurría ...su marido estaría orgulloso de ella.
Así fue pasando el tiempo...
Algo ocurría, Domingo estaba frecuentemente apático,se dormía frente a la T.V y directamente iba a la cama...siempre estaba cansado, muy cansado, solo se le podía ver entusiasmado con el fútbol o el tenis que continuaba practicando hasta bien entrada la noche pese a su mala salud.
El, que siempre había presumido de su hombría de macho...ahora estaba totalmente inapetente, Según sus colegas médicos padecía varias patologías...la próstata, anemia y una extraña enfermedad de un nombre desconocido..No había nada que mejorase sus enfermedades, Justa incluso se atrevió a preguntarle si era homosexual ella lo entendería, continuaría amándole.
Pero no...Domingo continuaba en silencio, siempre cansado,siempre dormido, fingiendo día tras día, haciendo que Justa se sintiera tan enferma como creía estaba su marido.
Toda una vida juntos, con sus más y sus menos, acostumbrada a esperarle, a escuchar sus pasos, sus cada vez menos palabras, a quererle...
Ese día Domingo le llamó al móvil,
-Volveré muy tarde...temas de trabajo...no me esperes despierta.
Ella colgó..
Cinco minutos más tarde fue a llamar a su hija, descolgó el móvil...
-Cariño, ponte cómoda, tenemos toda la noche por delante
mi mujer no me espera, de nuevo se lo ha creído,
... ¡ estás mujeres son realmente tontas¡
-ven..ponte a mi lado, acércate.....
se escucharon entonces sonidos, suspiros ya por ella conocidos... en otros tiempos.
Justa, paralizada, desconcertada escuchaba.. .al otro lado del teléfono estaba él, no había cerrado la llamada.....
No obstante Justa era una mujer buena, muy buena, con serenidad, sin poder derramar una lágrima, llamó a su hija desde el otro teléfono.
-Ven, necesito tu ayuda.
Cuando llegó encontró a su madre con tres maletas llenas de ropa...la ropa de su padre,ella estaba escribiendo algo.
Le ayudó a poner las maletas en la puerta del Chalet y no pudo evitar leer la nota que su madre había dejado
-"Cuando soy buena soy muy buena, pero cuando soy mala soy mucho mejor"
Domingo: te quiso Justa.
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