22 de julio de 2012

ráfagas de añoranza






Me gustan estos días de familia en los que volvemos a estar juntos.
   Por la mañana poco a poco nos vamos incorporando al desayuno junto a las  tostadas, mantequilla, mermelada, café , chocolate...  unos pijamas algo improvisados, pelos de punta... y nos reunimos alrededor de la mesa.
Parece que el tiempo no ha pasado...
   llega la hora de la comida, después de años luchando, la T.V no es  comensal importante...está apagada... No soy muy buena cocinera y mis hijos lo encuentran todo magnífico (son muy agradecidos),  la conversación, las bromas, las risas y la confianza de tantos años juntos transforman  la comida  en un gran manjar y está deliciosa.
Llega la noche , esperamos que los niños  duerman para tener un espacio de tranquilidad y reencontrarnos de nuevo.
   Estas cosas sencillas de la vida hacen que me sienta verdaderamente afortunada.
No obstante hay momentos en los que una ráfaga de añoranza aparece y siento que la vida
 se escapa, que el tiempo corre imparable y que nada vuelve a ser lo que ha sido...La vida sigue, y lógicamente hay cambios, transformaciones... los hijos ya ocupan el lugar que hace poco sentías propio, por la mente aparece esa sensación de futilidad que te desconcierta, te conmociona ...y que tan solo hace unos segundos era desconocida.  
 Esta computadora personal que tenemos cada uno situada en el cerebro y el corazón , te proporciona en ocasiones malas jugadas.
  No eres necesaria... la vida seguiría igual sin ti...esos pensamientos... se acercan a tu corazón... difícil de asumir...aprender a vivir de nuevo... ese es el reto.

Al fin un nuevo pensamiento me desborda... ¡¡¡ estoy viva y continuo participando del gran espectaculo  de la vida!!!  

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